Imagine usted que hoy es un día normal, aunque por la radio informan que los regalos enamorados están más caros que nunca, excepto si son calcetines, y que en la cuarta página del periódico de papel del 12 de febrero que tiene usted delante* aparece un titular tan normal que dice que “El PP retrocede, pero mantiene por un estrecho margen la mayoría absoluta”, refiriéndose a los resultados de una “recogida de información que se ha llevado a cabo a través de 1.345 entrevistas online”.
Siguiendo con la más absoluta de las normalidades, el primer párrafo de la noticia comienza diciendo que “El Partido Popular (PP) pierde fuerza en Galicia, una comunidad en la que hasta ahora se ha mostrado intratable en las urnas, cosechando una mayoría absoluta tras otra”.
Pero resulta que usted tiene previsto regalar algo y estos encarecimientos anunciados le están bloqueando por lo que, por mucho que lo intenta, no consigue pasar de ese primer párrafo y, para olvidar lo del dinero, comienza a desconfiar de lo que pone, pero sin saber por qué.
Acaba usted de leer que en “Galicia” el PP ha “cosechado” siempre mayorías que le convierten en “intratable” (o que no necesita firmar tratos con nadie), porque si pone “hasta ahora”, sin añadir que es “desde determinada fecha”, solo se puede traducir por desde siempre. Bueno, en este caso desde que se celebran elecciones autonómicas, que eso sí debe darse por supuesto.
Además, también lee usted que esas “mayorías absolutas” las ha cosechado “en las urnas”, por lo que vuelve a deducir que, en toda Galicia, el PP ha conseguido, cada vez y como mínimo, un voto más del 50% de todos los contabilizados por los miembros de las diferentes mesas electorales.
Lo digo porque las “urnas” son votos, pero los políticos elegidos en ellas solo son seres humanos que, por lo tanto, se hayan permanentemente sometidos a la tentación de colocar trampas en las leyes que aprueban. Siempre a su favor, por supuesto, pero lo peor sería que la prensa no se diera cuenta.
Al margen de la confianza que nos pueda merecer el estudio del Instituto DYM realizado mediante “1.345 entrevistas on line”, una más de las previsiones que se hacen antes de cualquier votación, usted decide contrastar la veracidad del primer párrafo, pues ese se refiere al pasado, es decir, a lo que ocurrió, y para ello decide usted consultar los resultados obtenidos por las candidaturas del PP en todas las elecciones autonómicas celebradas en Galicia, once en total desde las primeras, que fueron en 1981.
Ya que el Ministerio del Interior no publica los resultados de las elecciones autonómicas, decide usted viajar hasta Wikipedia y anotar tres datos de esos resultados electorales: los porcentajes conseguidos por el PP en votos, los porcentajes que corresponden a los escaños adjudicados al PP tras aplicar la normativa electoral a sus votos y a los de las demás candidaturas, y, por último, los porcentajes de participación electoral, este último dato solo para no prescindir del paisaje.
Elecciones al Parlamento de Galicia. Porcentajes de votos obtenidos por el PP.
1981 | 1985 | 1989 | 1993 | 1997 | 2001 | 2005 | 2009 | 2012 | 2016 | 2020 |
31% | 41% | 44% | 53% | 53% | 53% | 46% | 47% | 46% | 48% | 48% |
Parlamento de Galicia. Porcentajes de los escaños adjudicados al PP.
1984 | 1985 | 1989 | 1993 | 1997 | 2001 | 2005 | 2009 | 2012 | 2016 | 2020 |
37% | 48% | 51% | 57% | 56% | 55% | 49% | 51% | 55% | 55% | 56% |
Elecciones al Parlamento de Galicia. Porcentajes de participación electoral.
1984 | 1985 | 1989 | 1993 | 1997 | 2001 | 2005 | 2009 | 2012 | 2016 | 2020 |
46% | 57% | 59% | 64% | 62% | 60% | 64% | 64% | 55% | 54% | 49% |
Acto seguido, y aunque usted no lo haya visto en los cuadros de resultados electorales que aparecen en los periódicos al día siguiente de las votaciones, y en 2024 “solo” se cumplirán 47 años desde las primeras en libertad tras la muerte del jefe más autoritario de todos los que hubiera podido tener el señor Fraga Iribarne (disculpe usted, pero es imposible no sacar ambos autoritarios a colación hablando del pasado de Galicia), lo primero que hace usted es crear un nuevo cuadro con las diferencias entre los porcentajes conseguidos en las urnas y los convertidos en escaños, que esto último es lo que más le interesa a cualquier candidato, obteniendo los siguientes resultados:
1981 | 1985 | 1989 | 1993 | 1997 | 2001 | 2005 | 2009 | 2012 | 2016 | 2020 |
+6% | +7% | +7% | +4% | +3% | +2% | +3% | +4% | +11% | +7% | +8% |
Para terminar, dos o tres de las conclusiones obtenidas tras la radiografía que hemos realizado al primer párrafo de la noticia, pues estamos buscando la enfermedad que puede afectar a todo el sistema, dado que las elecciones son el momento decisivo para conseguir que el paciente pueda mejorar o, por el contrario, seguir empeorando.
· El PP, y solo gracias a la normativa electoral vigente en cada momento, siempre ha conseguido mayor poder en el Parlamento del que la voluntad popular le concedió en las urnas. Desde los dos puntos más de 2001 hasta los 11 puntos más de 2012.
· Solo en tres elecciones de las once celebradas el PP consiguió en las urnas la mayoría absoluta de los votos válidos contabilizados.
· En otras cinco elecciones, y solo gracias a la normativa electoral, el PP consiguió convertir mayorías inferiores al 50% en las urnas en mayorías absolutas en el Parlamento gallego, lo que le permitió formar gobiernos de manera “intratable” gracias a una norma que no respeta la igualdad de todos los votantes que deciden acudir a las urnas.
· A pesar de unas evidencias tan indiscutibles sobre lo mucho que la normativa electoral beneficia al PP y, por tanto, perjudica a todos los demás de una manera tan injusta y decisiva que ha conseguido acabar con varios partidos políticos, ese 1% parlamentario que le faltó al PP en 2005 para formar gobierno sí sirvió para que lo presidiera Pérez Touriño del PSOE pero, incomprensiblemente, no hicieron nada para que la legislación electoral gallega mejorara en proporcionalidad, es decir, en la igualdad de todos los gallegos ante las urnas.
¿Acaso conocían el futuro y sabían que el 18 de febrero de 2024 esa misma normativa favorecería a la candidata del BNG, quien, sumados sus más escaños a los de un PSOE siempre perjudicado, conseguiría derrotar al sustituto de un Núñez Feijoo que, por su parte, quizás sospechaba que incluso él perdería en su tierra y por eso se fue a probar suerte al “Madrid es España” que proclama la que quizás termine ocupando el asiento más inestable de la calle Génova antes de lo que ella misma tenía calculado?
Las respuestas comenzarán a conocerse el domingo 18 de febrero de 2024.
Y si no lo encuentra usted entre los resultados electorales que publicarán los medios de comunicación, construya usted mismo el cuadro de las diferencias entre la voluntad popular manifestada en las urnas y el reparto de escaños en el Parlamentos de Galicia.
Gane quien gane y pierda quien pierda, esa norma con tanta trampa hay que cambiarla. Es imprescindible evitar que, tratándose del gobierno, puedan ocuparlo los “intratables”.
*El Última Hora de les Illes Balears.
Domingo Sanz