Muchos afirmaban que lo habían pasado mal las últimas horas al no saber si podrían disfrutar de su festival de nuevo. Pero dos años de cancelación por la pandemia, y unas horas sin licencia y con la realización en el aire por problemas burocráticos dejaron a los 27.000 asistentes al Barcelona Beach Festival con muchas ganas de bailar y disfrutar de la mejor música electrónica. Así que, una vez dentro del recinto, todos los malos momentos se dejaron a un lado y la música tomó protagonismo. En especial la de Don Diablo, Armin Van Buuren y Dimitri Vegas, los cabezas de cartel a los que esperaban todos los asistentes.
Al final no hubo ningún incidente remarcable, y el BBF volvió a ser un éxito de asistencia.