A la espera de que lingüistas y psicólogos se pongan de acuerdo a la hora de redactar la sentencia sobre lo que le pudo pasar a Feijoo por la cabeza en ese instante mágico que le llevó a inventar “anotop” he decidido, para evitar filtraciones, “condenar” a España a no caer de nuevo en el vicio de una guerra civil, aunque no es fácil que tanto pacifismo triunfe si tenemos en cuenta que la mayor frutera del Reino de España no para de acusar de “guerra civilismo” al presidente del Gobierno.
Mientras espero acontecimientos, decido imitar a los millones que no paran de especular sobre si la condena sin sentencia (todavía) del fiscal general es también un lapsus colectivo y mal calculado de los cinco del Supremo y, de repente, me tropiezo con las palabras que Ayuso, la frutera que decía, pronunció el 9 de noviembre de 2023, es decir, siete días antes de la exitosa investidura de su odiado Pedro Sánchez, y vuelvo a escucharla amenazando, como en tantas ocasiones.
“Contamos con todos los españoles de bien, con la Corona, con el poder judicial, con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con las Fuerzas Armadas. Esta nación no se dejará doblegar por un pacto entre un político fuera de control y unas minorías rabiosas y corruptas”.
Decida usted, que está leyendo, si el entrecomillado de doña Isabel solo era un “aviso a navegantes” o, mucho más que una metáfora, una amenaza evidente de “podríamos organizar un golpe de Estado”, por ejemplo, enviada a los 350 representantes recién elegidos por todos los españoles, los “de bien” del PP, pero también los mejores, para que se atuvieran a las consecuencias si una semana después se atrevían a votar a un “político fuera de control”.
A los “españoles de bien”, con la que Feijoo acaba de anunciar para el 30 de noviembre ya serán siete las concentraciones populares convocadas contra Sánchez, con asistencias tan a la baja que han tenido que sustituir la plaza de Colón por el Templo de Debod, un lugar donde menos gente parecerá más porque la superficie a ocupar es mucho más pequeña.
Pero Ayuso dijo también “Contamos (…) con la Corona” sabedora ella, sin duda, de que se estaba refiriendo al “Mando Supremo de las Fuerzas Armadas” o MASUFA, por lo de abreviar, y también rey quien y, ahora es cuando viene el mayor peligro, en ningún sitio consta que acto seguido Felipe VI ordenara que advirtieran a Ayuso que dejara de proclamar que cuenta con él para nada, y menos para alterar las voluntades de los representantes elegidos por el pueblo.
No resulta extraño que la madrileña se atreviera, pues Felipe VI venía de hacer el ridículo más espantoso al autorizar que intentara la investidura a un Feijoo que nunca contó con los votos necesarios para triunfar.
Malos tiempos los que estamos viviendo. Quienes no mandan en el Gobierno del Reino nos proporcionan muchos más momentos para el miedo que para la risa, y todos sabemos en qué ambiente triunfa mucho mejor ese pequeño detalle de nuestra existencia al que le llamamos vida.
Domingo Sanz


