Hay palabras que no dejan dormir pero ayudan a despertar, Galeano.
Un buen uso de la Historia facilita comprender mejor para tomar buenas decisiones. Aprender a convivir entre personas que hemos pasado de un codi moral único a otro de caràcter plural, no es nada fàcil, y eso puede dar paso a la incredulidad. Las sociedades occidentales no ofrecen un panorama demasiado positivo en torno a los derechos: la escasez de recursos, la falta de interés por las necesidades de los más frágiles, poca capacidad para el diálogo, se tornan difíciles de conseguir cuando existen corrientes que olvidan respetar dignidades. La paradoja del desarrollo sigue abriendo umbrales: “las emociones se han instalado en el terreno de la objetividad”, decían algunos economistas para salirse del marco moral y dejar de ser una ciencia dedicada a estudiar los comportamientos colectivos; decían y sostienen que el mercado ya se autorregula, que no hacía falta mezclarse con prejuicios teóricos. Pero esas predicciones son incorrectas, una falsedad comprobada que cuando se equivoca despierta instintos agresivos, acompañada de sesgos ideológicos que hacen de la economía una ciencia vulnerable y esclava de la ingeniería financiera. Se quiere confundir la belleza con la verdad, vistiéndole con un traje matemático que juega con directrices de “suma negativa”, explicaba el premio Nobel Paul Krugman, pasan por alto las responsabilidades de los autores al regirse por principios autónomos.
No es un buen modelo aquel donde solo se desea alcanzar y mantenerse en el poder, porque una cosa es conocer las teorías que se cruzan para interactuar con otras ciencias y otra muy distinta es determinar los objetivos a alcanzar sin utilizar conocimientos contrastados. Con comprensión, intuición y gestión, los buenos gobiernos usan métodos adecuados que dan estructura a sus programas, a partir de lo ya conocido, para descubrir nuevos modos creativos. Una sociedad fuerte aumenta la capacidad de los Estados (muy al revés de lo que dicen algunos mandatarios y empresarios). Las instituciones de desarrollo inclusivo deben fomentar la prosperidad de una sociedad civil que fortalece lo público sin aumentar las ganancias de la lógica dominadora, fortaleciendo la gestión de la convivenciade manera que se trabaje por el desarrollo de soluciones mutuamente aceptables: una actitud donde se aclaren razones legítimas, se propongan vías maduras de solución sin separarse del bien común, evaluándolas no hacia la lucha, la victoria o la aniquilación, sino con fundamentos pacifistas. La cuestión no es tener inteligencia sino encontrar maneras de proceder con buen ojo, explicaba Olof Palme, descubriendo debilidades y fortalezas, una táctica maestra para gobernanzas limpias que cumplen la promesa de democracia: lo justo debe ser posible.
La percepción de vivir en comunidad se construye a partir de ideas cooperativas, vínculos vecinales, laborales, que movilizan a personas y sociedades, allá donde los entornos se disponen a enseñar solidaridad. El economista y premio nobel de la paz Muhammad Yunus reclamaba un cambio en el actual modelo económico que “se guía por la maximización de beneficios” dejando de lado otros asuntos de extrema gravedad para el planeta. La responsabilidad social radica en cambiar el significado de conceptos de capital o riqueza para ver más allá de las grietas del sistema. Las promesas son poderosas pero también frágiles, la garantía llega cuando una declaración de intenciones se convierte en compromiso. La bondad de les escuelas de adultos pasaba per incorporar voluntariado aplicando les palabras generadoras de Freire (para enviar una carta al hijo, para saber qué dice el recibo; estuve por allí). La implicación de Júlia Hill al encaramarse a una secuoya de más de 1000 años fue su singular protesta durante dos años para evitar su tala. La nueva estrategia internacional para la seguridad alimentaria en Francia y New York: el derecho de la ciudadanía a los alimentos básicos y seguros amenazados por el libre intercambio. Debajo vive la tierra a pesar de recorrer un largo camino entre cicatrices.
Sentirse escuchadas aumenta la salud personal al ampliar perspectivas y abrir mentes. Entender las problemáticas existentes es fuente de empatía, lo mismo que el cultivo de la tolerancia, la apertura a los demás, la construcción racional de valores, la defensa de la dignidad, expresarse, compartir para poder autoobservarse y autocontrolarse. La educación está implicada en trabajar el manejo de la generosidad acompañada de una pedagogía de la conciencia que ayude a darnos cuenta de nuestra fragilidad ante las circunstancias.
Yuval Harari decía sobre el conflicto Israel-Palestina: “hace falta generosidad para superar falsos relatos históricos simplistas”.
Francesc Reina


