El concejal de deportes, sociedad del conocimiento y recursos humanos, y sexto teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs, Francisco Burgos, presentó ayer su dimisión, que se ha hecho efectiva hoy, por motivos personales. La semana pasada, una vecina del edificio en el que reside presentó una denuncia contra él por, presuntamente, haberle agredido sin motivo en el rellano de su casa. La denunciante ha declarado que la tiró al suelo, le rompió el móvil, y pateó su puerta hasta romper el cerrojo. También afirma que al día siguiente, después de que los Mossos se personaran para hablar con ambos, la amenazó al cruzarse con ella en la escalera.
El consistorio adrianense no ha querido valorar ni la denuncia ni la dimisión del concejal ya que consideran que se enmarca en el ámbito personal y tendrá que ser el juez quien se pronuncie sobre unos hechos con dos versiones muy diferentes. En un primer momento sí se ofrecieron para mediar entre las partes.
Partidos de la oposición como Vox han cargado contra la alcaldesa de la ciudad, Filo Cañete, y le exige que aclare «qué sabía, cuándo lo supo y qué medidas adoptó desde el primer momento, al tratarse de un miembro de su equipo de Gobierno y de una cuestión que afecta directamente a la imagen institucional del Ayuntamiento». Por ello, VOX ha solicitado que la alcaldesa comparezca de forma urgente y ofrezca explicaciones públicas, así como que ponga a disposición de la oposición toda la información relativa al caso.
El portavoz municipal, Toni Balboa, ha afirmado que «la dimisión del teniente de alcalde no puede ser utilizada como un cortafuegos político. Los vecinos tienen derecho a saber qué ha ocurrido y por qué un miembro del Gobierno socialista se ha visto obligado a renunciar». Balboa ha añadido: «Exigimos a la alcaldesa Filo Cañete que deje de esconderse y dé la cara. No puede haber silencio cuando se trata de hechos tan graves que afectan a un cargo de su máxima confianza».
Asimismo, el portavoz ha subrayado que «el PSC debe asumir responsabilidades. La dimisión es solo el primer paso. Ahora toca saber si la alcaldesa actuó con diligencia o si intentó mirar hacia otro lado».


