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jueves, marzo 28, 2024
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¿Puede Felipe VI dar un golpe de Estado y no ser juzgado, aunque fracase?

Tampoco hubo juez ninguno que se atreviera a investigar a los dos jefes de Estado anteriores, pero podría ser porque sus respectivos golpes de Estado triunfaron.

El del emérito es el que mejor nos sirve para pensar en Felipe VI si avalara, desde la sombra o a la luz del día, una acción que siempre enseñaría la amenaza militar y con él mismo evidenciando su función de MASUFA, acrónimo sin maldad del muy constitucional “mando supremo de las Fuerzas Armadas”.

Me refiero a Juan Carlos I, el MASUFA anterior, intrigando con Armada contra Suárez a partir de una fecha aún desconocida, tras las elecciones generales de 1979. En el juicio del 23F ni siquiera se admitieron las pruebas que aquel general quiso aportar para certificar los porqués de sus contactos con Juan Carlos I.

Aunque estos días todas las miradas y oídos se concentran en una ley nueva que algunos jueces han interpretado muy deprisa a favor de violadores condenados, o en los goles manchados con la sangre de miles de trabajadores vertida a menos distancia de Abu Dabi que Sanxenxo de Madrid, no esquivaré un escenario posible, que yo mismo crearía si pudiera, y dos preguntas derivadas.

Imagine usted a 50 encuestadores en la Puerta del Sol de Madrid haciendo la pregunta del título a cualquiera que sepa hablar y que, de repente, por allí aparezcan personas tan parlantes como Díaz Ayuso, García-Page, González (Felipe), Guerra (Alfonso), Martínez Almeida, Núñez Feijóo y Sánchez (Pedro), por orden alfabético, es decir, sin maldad desde este artículo.

¿Cuántas de esas seis políticas no abrirían ni la boca ante la evidencia de que no pueden contestar que “no saben”, ni tampoco arriesgarse a que les llamen idiotas tras responder una mentira?

Probablemente todas.

¿Y cuántas de las seis buscarían alguna autoridad incauta, pues competente para el “delito” de preguntar no creo que exista, para denunciar tanta osadía demoscópica en la vía pública, a la luz del día y protagonizada por una banda de desestabilizadores fuera de control?

Quizás más de una.

(A partir de ahora escribiré más deprisa para que las amenazas que vigilan no tengan tiempo de enterarse de mis obsesiones e intenten asustarme).

Las preguntas que siguen sí se corresponden a hechos, por lo que me referiré a uno muy reciente.

Resulta que el MASUFA actual ha recibido, en audiencia y junto a otros militares, al tal Alejandre, que en 2017 era el JEMAD, acrónimo igual de inocente de «jefe del Estado Mayor de la Defensa», de quien acabamos de saber que había organizado un plan para acojonar a los catalanes con el Ejército tras el referéndum del 1-O de aquel año. Esto debe ser cierto, pues el Gobierno ha respondido a una pregunta en el Congreso diciendo que desconocía ese plan de Alejandre (aunque gobernaba Rajoy y quién sabe los papeles que destruyó antes de entregar a Sánchez la Moncloa), y que resultaría “inaceptable” si hubiera existido, aunque otros medios han escrito que el calificativo que eligió el gobierno fue «gravísimo».

La imaginación es libre, pero es inimaginable que cualquier JEMAD haga algo de esa envergadura sin informar antes al MASUFA. También viene a cuento recordar que lo primero que dijo Rajoy tras caer con la moción de censura fue que él no había sido quien pidió que el 3 de octubre el MASUFA, aunque disfrazado de civil, saliera por TV.

Seguimos imaginando y también recordamos que Sánchez, impresionado por los miles de votantes catalanes apaleados ante las urnas, afirmó que pediría en el Congreso la reprobación de Soraya, ministra del Interior, pero un día después no solo no lo hizo, sino que aplaudió los nueve minutos televisivos que, al día siguiente, provocaron la mayor caída que recuerdo del Ibex 35, siempre comparando el selectivo español con el resto de europeos de referencia, lo que hace pensar que a quienes no informaron los informados e implicados MASUFA, JEMAD y otros que solo ellos saben, fue a los dueños del dinero, pues de lo contrario no se habrían asustado tanto con lo que vieron por TV la noche del 3 de octubre de 2017.

Menos mal que, sin perder un instante, Puigdemont pronunció el día 4 un discurso tranquilizador que permitió que los ríos del dinero volvieran a sus cauces, comportamiento que el Reino de España supo agradecer por partida doble, con el decreto para facilitar que las grandes empresas salieran huyendo de Catalunya y un 155 para que el golpe de Estado territorialmente limitado sucediera dentro de una Constitución que, a fin de cuentas, lleva el gen de la amenaza desde los tiempo de su nacimiento.

A pesar de que no puede caber duda de la implicación del Felipe VI versión MASUFA en los planes para ocupar Catalunya del JEMAD, por mucho, poco o nada que, de cara a la galería, se escandalice el Gobierno de Coalición Progresista, lo cierto es que no ha iniciado la menor investigación judicial, ni de ninguna otra clase que sepamos, para desentrañar las acciones clandestinas que unos y otros organizaron contra la Catalunya que acababa de celebrar un referéndum a cara descubierta, por muy ilegal que fuera declarado.

Por tanto, a pesar del tiempo transcurrido y salvando el resto de distancias, lo cierto es que todos los poderes del Estado se han mostrado igualmente sumisos ante dos intervenciones de dos reyes sucesivos que ocultaron demasiadas estrategias inconfesables. 

La conclusión más evidente es que lo único que ha cambiado desde la madrugada del 24 de febrero de 1981 a la noche del 3 de octubre de 2022 es que hace 41 años el rey se vistió de MASUFA y 36 años después se disfrazó de civil. En esta ocasión, el uniforme habría sentado fatal en Europa pues ningún independentista europeo y al mismo tiempo catalán había mostrado ningún arma que no fuera una papeleta de voto para festejar una urna.

Para finalizar, si quiere usted las respuestas jurídicas y políticas a la pregunta del título, solo tiene que buscar en Internet grupos de palabras como “fiscal Luzón emérito marzo”, “Carmen Calvo inviolabilidad mayo” o “PSOE PP PNV inviolabilidad”.

Leyendo lo que vaya apareciendo en las pantallas podrá confirmar que sí, que Felipe VI, siempre MASUFA se vista como se vista, puede implicarse en un golpe de Estado, ocasionar desde una hasta miles de víctimas mortales y triunfar o fracasar, pero, si le da la gana, seguir en La Zarzuela sin verse obligado a declarar ante ninguna autoridad de su Reino de España.

Por eso, porque lo saben y no quieren cambiarlo, pues les conviene una impunidad Real que por interés mutuo podría proteger también a algunos de sus delincuentes, las personas más políticas de las que nos podamos encontrar en la Puerta del Sol madrileña jamás contestarán a las preguntas atrevidas de unos encuestadores que nunca contrataría el CIS de una monarquía tan mal renacida y vivida como la española.

Domingo Sanz

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