Cuando uno asiste o escucha lo que se debate en los diferentes plenos, se da cuenta que todos los partidos políticos funcionan a piñón fijo, cada uno va a la suya, nadie se escucha ni le importa lo que dicen los otros partidos, es un diálogo de sordos y porque no, de besugos.
Unos hablan de la guerra de Ucrania y cómo afrontarla, otros de la OTAN, otros de pensiones, otros de Argelia, otros de Marruecos, otros de impuestos, otros de autónomos, otros de los agricultores, otros de la gasolina, facturas de la luz y gas ,otros del gasto militar, otros del Sahara, otros de energía nuclear, otros de impuestos a los más ricos. Muchos se repiten sobre los mismos temas bien sean a nivel nacional, o regional a la que pertenecen. Entendemos que se habla de demasiadas cosas y al final no se hace nada. Seguramente en los próximos plenos seguirán hablando de lo mismo. Los plenos se crearon, con el interés de debatir y argumentar las mejores ideas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Hoy podemos decir que después de las intervenciones, se ha viciado de tal forma, que a los ciudadanos no les interesa para nada. Si analizamos con profundidad, los que mandan son los que gobiernan en el estado y en los ayuntamientos. Ellos son los que tienen la última palabra y la potestad de atender las sugerencias de los partidos. Resumiendo, si quieres lentejas las tomas y si no las dejas.
José Megías
