Nunca pensé que yo cayera en una estafa de las que están pasando últimamente. Ayer recibí un mensaje que decía: “Hola papa, ayer se me cayó mi teléfono en el suelo y terminó de romperse y estoy utilizando un teléfono viejo. ¿Estás ocupado?” Respondo “No”. “Tengo un problema”, pregunto qué pasa. Responde “está roto, no puedo acceder a mis archivos, tengo que transferir un pago antes de mañana, pero como mi teléfono está roto no puedo acceder a mis archivos”. Yo digo “¿qué hay que hacer?”. “Te envio datos de pago, 2,882,18 euros, si es posible”. Yo digo “¿cómo lo realizo”, “por el banco, yo te lo devuelvo mañana”. “¿A qué cuenta?. “Destino Jennifer Reyes ES3330580736982720116351, concepto urgente. Tienes que pagar con opción transferencia inmediata. ¿Me puedes enviar justificante de pago?. El micrófono y la cámara no funcionan, puedo escribir solo en whastsapp”. Quería comentaros que yo sabía lo del teléfono y no me percaté ninguna duda. Iba a realizar la transferencia desde mi casa, pero llamé a mi hijo y no me contestaba. Entonces fui al banco para que la realizaran desde el banco. Mi gestor empezó a realizarla y la preparó para enviar. Mientras seguía llamando a mi hijo y logré comunicar con él. Me dijo “yo no te he pedido nada de esto”, automáticamente me levanté de la mesa y fui a buscar a mi gestor, le dije, esto es una estafa. El marchó corriendo, llamando a seguridad del banco y anularon la transferencia. Todo arreglado, la cosa no termina a aquí, fui a los Mossos y dije que quería poner una denuncia, me comentaron que si no me habían estafado no podían aceptar mi denuncia. Yo les dije “pero esto hay que tenerlo en cuenta para otras persona que les pase. Ustedes deberían ponerse en contacto con la caja de Málaga que es esta cuenta y ponerle una trampa para saber quién está detrás de esta estafa”. Me fui de la comisaria con las orejas agachadas. Cada vez tengo menos confianza en las “leyes“ en los ”políticos” y porque no, en los jueces. Siempre he educado a mis hijos en la tolerancia y la justicia, pero últimamente ya dudo de todo.
Josep Megías
