Llegará el día (y en esto ya hay sectores como el de las comunicaciones que lo vienen preparando muy bien y desde hace mucho) que darán el gran salto y no hará falta que lo hagan por la fuerza, es decir, que no tendrán que hacer el ridículo asaltando ningún Congreso. Llegará ese día que, incluso desde ámbitos moderados que se autootorgan el espacio llamado “centro”, nos dirán con la boca bien grande que a pesar de las desigualdades de ingresos frente a la riqueza, de la desaceleración del crecimiento, de la asfixia de la mayoría, de la combinación de una alta inflación con el desempleo, el mal gobierno corporativo, los mercados en los que el ganador se lo lleva todo, la débil competencia pública, la evasión de impuestos, la erosión de las normas éticas… Que a pesar de todo, el capitalismo en democracia sigue siendo el mejor sistema.
No tardarán en decirnos que la seguridad está amenazada, que nuestra policía tendrá que reorientarse con nuevos estilos, que las cárceles se hacen pequeñas, que la educación de la que tanto hablan algunas, no ha podido “frenar este desenfreno”. Que los extremismos representan una seria amenaza que conduce a la autocracia fascista, a la destrucción y el despotismo, a poderes desenfrenados…
Por contra defenderán que el capitalismo ayudó a la transición de la servidumbre, a las elecciones libres y representativas, a la participación activa, a la protección de los derechos civiles, es decir: capitalismo y democracia siempre han ido de la mano.
Pero que no nos engañen, la democracia nunca fue el amable regalo de los capitalistas. Fue solo a través de las revueltas que la gente obtuvimos derechos. Nuestra corta República fue un pequeño ejemplo. La Guerra de la Independencia de los Estados Unidos liberó a los colonos del control autocrático del estado británico. La Revolución francesa acabó con la monarquía absoluta de los derechos feudales, igual que en Rusia y China. El capital ha luchado siempre contra los derechos civiles, los sindicatos, los movimientos sociales, estudiantiles, vecinales… ¿Quién permitió la invasión de Irak y Afganistán, el golpe de Chile, el apartheid de Sudáfrica, el régimen absolutista saudí, quién las invasiones en todo el mundo?
El capitalismo (el esclavismo, el imperialismo, el colonialismo) surgió de modos de producción y destrucción de las tierras, de la represión de los pueblos imponiendo el sometimiento. El capitalismo liberal, esa delicada flor democrática, ¿es la única opción en el menú de la humanidad?
Hay quien dice que el socialismo es una tontería peligrosa sin esperanza alguna.
Francesc Reina
